Durante los últimos meses nos hemos enfrentado a un cambio educativo ante la situación por la pandemia. Escuelas, alumnos y docentes hemos tenido que adaptarnos a este proceso y más importante aún, hemos tenido que encontrar nuevas maneras de cumplir con los objetivos educativos

Antes de iniciar un proceso de transformación puede parecer suficiente realizar cambios superficiales; sin embargo, resulta complicado cambiar las estructuras profundas que ya se encuentran arraigadas al proceso. Por ello es importante considerar que las ideas plasmadas en esta educación emergente pueden o no ser positivas en la calidad educativa. Esto dependerá del significado que todos los agentes involucrados le otorguen.

Es deber del docente, encontrar nuevas formas de integrar las tecnologías digitales al trabajo en clase, con la finalidad de proveer mayores oportunidades para el desarrollo integral de sus educandos; así como diseñar actividades que permitan al alumno usar su creatividad y hacer del momento de aprendizaje algo divertido y diferente. 

Utilizar herramientas digitales para desarrollar contenidos educativos es un cambio que llegó para quedarse. Es necesario integrar estas herramientas desde la planificación para lograr un mejor aprovechamiento de los recursos y que los alumnos puedan alcanzar los objetivos planteados. Crear un ambiente digital propicio para la enseñanza tiene que ser una estrategia compartida y coordinada entre docentes y alumnos. 

Alumno: tu educación también está en tus manos, no le pongas límites a tu creatividad. Utiliza las tecnologías a tu favor y haz que realizar tus tareas sea divertido. El lograr el máximo potencial en tu aprendizaje está en ti mismo.

Docente: pierde miedo a utilizar la tecnología, intenta crear nuevas formas de enseñar y comunicarte con tus alumnos. No es imprescindible ser experto en usar todas las herramientas, pero recuerda que sólo con la práctica puedes lograr nuevos aprendizajes.