DEPRESIÓN: DE VIVIR A SOBREVIVIR

A lo largo del tiempo hemos utilizado con frecuencia la palabra depresión cuando nos sentimos tristes por algo en particular, sin embargo, la depresión va más allá de solo sentirse triste o llorar. A inicios de la pandemia a causa del COVID-19, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2020) realizó un estudio en cual Yucatán ocupó el primer lugar como el estado con mayor índice de suicidios en el año 2020, esto nos deja con una señal de alerta para la sociedad en la que vivimos, ya que existe mucha desinformación sobre las enfermedades mentales, en especial sobre la depresión y siendo una persona diagnosticada con un trastorno depresivo me siento con la necesidad de informar a las personas sobre esta enfermedad que le ha robado las ilusiones y las ganas de vivir a muchas personas en el mundo. 

La Organización Mundial de la Salud, OMS (2021) describe la depresión como “un trastorno de salud mental que se caracteriza por una tristeza persistente y una falta de interés o placer en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras, que puede alterar el sueño, el apetito y la concentración, siendo una causa importante de discapacidad en todo el mundo cuyas causas incluyen complejas interacciones de factores sociales, psicológicos y biológicos.”

Desde un punto de vista personal puedo llegar a describirlo como un sentimiento de vacío en el pecho, que va consumiendo constantemente las ganas de vivir y de ser feliz, provocando que revivamos todo los errores cometidos en el pasado o momentos malos, las personas que lo padecemos pasamos de estar viviendo la vida a solamente tratar de sobrevivirla y no es porque nosotros queramos estar con ese sentimiento, sino que nuestro cerebro no produce la serotonina adecuada para regular nuestro estado de ánimo, por lo cual ocasiona el desinterés por cosas que anteriormente disfrutábamos, nos hace querer aislarnos, provocando ganas de llorar porque no entendemos lo que nos está pasando, tan solo la actividad de levantarnos de la cama se nos dificulta, ir a la escuela o el trabajo, esto según el grado depresivo presente en la persona, a veces nos sentimos cansados o en algunas ocasiones no podemos dormir, tenemos una soledad aún estando rodeadas de las personas que queremos, pensando que solo somos una carga ya que con gran frecuencia la sociedad ha llegado a utilizar palabras como “No seas una persona dramática”,  “No tienes motivos para sentirte así”, “Si pusieras de tu parte saldrías de esto”, “Hay personas que están en peores situaciones que tú”, “Todo está en tu cabeza, hay enfermedades peores”, estás son frases que las personas que padecemos un trastorno depresivo escuchamos con frecuencia generando pensamientos de culpa por las emociones que sentimos, haciéndonos cuestionar si merecemos tener todo lo bueno que tenemos en la vida.

Así mismo la mayoría de las personas cree que alguien que padece de un trastorno depresivo constantemente está aislado, que no se relaciona con nadie, se ve todo el tiempo triste y llorando, pero la realidad es que existen una gran cantidad de personas que están pasando por todo esto manteniendo una sonrisa en el rostro, conviviendo con familia, amigos, estudiando una carrera universitaria, algunas que tienen un buen trabajo o ya lograron un título universitario, esto es debido a que la persona que sufre depresión puede llegar a presentar síntomas atípicas a los síntomas comunes, ocasionando que sea más peligroso de detectar. 

Una persona no debe de lucir o vestirse de cierta forma para tener una enfermedad mental, existen muchas personas que son doctores, abogados o ingenieros que tienen depresión, es posible que algún ser querido este pasado por esta situación, algún compañero de clase, algún alumno o compañero de trabajo, es importante hacer conciencia sobre las enfermedades mentales, no minimizarlas, la depresión existe, no es una fase para llamar la atención, no es drama, es real y hay que tratarlo con la misma seriedad con la que tratamos las enfermedades físicas, si estás pasando por esto o conoces a alguien que sí, hazle saber que no está solo, que no tiene nada de malo pedir ayuda profesional y mucho menos tener un tratamiento con fármacos, la depresión se puede tratar, no es tu culpa sentirte de esta forma, pero sobre todo recuerda que no estás solo. 

Líneas de prevención del suicidio en Yucatán 

  • Salvemos una vida: 924-59-91, 945-37-77 y 075.
  • Programa para la atención del suicidio (PIAS): 9993 10-36-62.
  • Línea gratuita de apoyo a la salud mental de la Secretaría de Salud de Yucatán: 800-000-0779.
  • Línea de la Vida: 800-911-2000.
  • Facebook: Línea de la Vida.
  • Twitter e Instagram: @LineaDe_LaVida.
  • Correo electrónico: lalineadelavida@salud.gob.mx
  • Líneas de apoyo emocional del Ayuntamiento de Mérida: 9994-54-10-81.
  • Línea mujer: 800-455-76-72, 999-923-09-73.
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